martes, 18 de noviembre de 2008

YA ESTAMOS TODOS

Llegó a Mar del Plata, la ciudad de la final de la Copa Davis, sobre el mediodía de ayer y por la tarde hizo su primer entrenamiento en la cancha azul del Polideportivo Islas Malvinas de esta ciudad. Hablamos del número uno de nuestro país, Juan Martín Del Potro.
“Todavía no estoy muy metido en el clima de la Copa Davis. Recién llegué y, como es lógico, estoy algo cansado y me cuesta dormir por el cambio de horario. Con el paso de los días me voy a acostumbrar. De acá al viernes tengo muchos entrenamientos y tiempo para llegar diez puntos”, dijo, con su tranquilidad de siempre, Del Potro, 9 del ranking mundial de ATP.
Su primer entrenamiento en Mar del Plata fue liviano. Una hora contra Mariano Puerta, sparring del equipo que capitanea Alberto Mancini, y zurdo. Zurdo como Fernando Verdasco y Feliciano López, sus potenciales rivales del viernes ya que aún Emilio Sánchez Vicario no definió al segundo singlista del equipo visitante.
En otro momento de su primer contacto con la prensa, Del Potro aceptó que “si bien es muy difícil, me gustaría mantenerme al margen de lo que significa todo esto porque se vive con mucha pasión. A lo mejor te juegan en contra la ansiedad, el stress y los nervios. No quiero que me pase eso”.
También contó que sigue dolorido del problema en sus uñas, que usa unas cremas que le adormecen la zona “pero sólo por una hora”. Lo cierto es que Del Potro jugará infiltrado.
El segundo entrenamiento de Juan Martín fue en la mañana de hoy, ya con mayor intensidad. Jugando peloteos más largos con Lucas Arnold –también zurdo-. Trabajó en lo que fue la devolución del servicio más que en el saque en sí.
El resto del conjunto nacional, encabezado por David Nalbandian, también entrenará muy fuerte este martes y miércoles, habitualmente los días de entrenamiento con ritmo de juego.
Lo cierto es que a los jugadores se los ve muy distendido. Sirve, y mucho, entrar en calor con el futbol-tenis, aunque a veces es algo riesgoso.
Ayer, Acasuso, fue a cabecear una pelota al lado de la red para ganarle el punto a Schwank y siguió de largo por encima de la red. El misionero, quien se pegó un buen porrazo, se quedó tirado en el piso, tentado de la risa mientras que su compañero, Nalbandian, del otro lado de la red, encabezaba la cargada hacia “Chucho”. El único que no sonrió fue el capitán argentino que se acercó a su jugador y ordenó el final del partido.

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